martes, agosto 8

La oposición se toma una cucharada de su propia medicina

Fueron años de formación antipolítica. Solidificar las premisas del neoliberalismo no fue fácil. Reafirmar con cada práctica cotidiana los principios individualistas de un sistema hegemónico mundial que apunta hacia la inamovilidad y al neoconservadurismo fue la tarea principal.

Muchos estuvieron a la cabeza de estas acciones, sabían lo que estaban haciendo y, más aun, las planificaban. Otros, que generalmente sirvieron de ejecutores, se tragaron la fábula de la razón técnico-científica, de decisiones técnicas alejadas de la política, de razones científicas y objetivas que no tenían discusión… se creyeron pues el “fin de la historia”.

Hoy, aquellos que lideraron todo ese movimiento de individuación, movimiento basado en la antipolítica y en los análisis técnicos, son los que piden el entendimiento del momento político. Piden la participación de sus seguidores y simpatizantes después que les vendieron la idea de quedarse en sus casas y dejar que el mercado se encargara de mejora la calidad de vida de la población. Son los mismos que suplantaron las calles, los barrios, las comunidades por los estudios de televisión, los contactos con los periodistas de la prensa escrita y las reuniones con sectores pudientes de la sociedad.

Hoy se escuchan molestos y desesperados gritando “hay que salir a la calle”. Su tiempo estaba contado y no se dieron cuenta. Demasiado duraron las protesta de una clase media acostumbrada a que otros se ensuciaran por ellos… solo bastaba el voto de cada cinco años para sentirse participe de la política. Ahora no entienden lo que pasa políticamente hablando.

Hoy, el mañana de la oposición venezolana es incierto…